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Periodistas clandestinos, el acoso de la junta birmana a la prensa libre

(Ho Chi Minh (Vietnam), 3 mayo, 2021).- El golpe de Estado de los militares ha supuesto un retroceso de una década para Birmania en libertad de prensa, con al menos 43 periodistas detenidos, decenas en la clandestinidad y la asfixia de los medios independientes que tratan de informar a través de internet.

Según el último informe de Reporteros sin Fronteras (RSF), el golpe de Estado del 1 de febrero «llevó el frágil progreso (en libertad de prensa) a un final abrupto y a los periodistas birmanos diez años atrás» porque de nuevo «se enfrentan a campañas sistemáticas de arresto y censura y muchos se resignan a trabajar en la clandestinidad».

Al menos 43 periodistas están encarcelados en Birmania, la mayoría de ellos detenidos durante asaltos a las redacciones o mientras cubrían protestas contra la junta militar encabezada por el general Min Aung Hlain.

«El régimen militar de Birmania se ha convertido casi de la noche a la mañana en uno de los peores encarceladores de periodistas en el mundo», dijo en un comunicado el pasado jueves Shawn Crispin, representante del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) en el Sudeste Asiático.

ÓRDENES DE ARRESTO

A esas cuatro decenas, se suman otros 40 que han pasado por la cárcel desde el golpe y 22 para quienes se han emitido órdenes de arresto y que, al igual que decenas de compañeros, llevan semanas haciendo su trabajo en la clandestinidad, a menudo refugiados en zonas remotas controladas por guerrillas étnicas o incluso huidos del país por miedo a los uniformados.

Uno de ellos, Mratt Kyaw Thu, corresponsal de la Agencia Efe en Rangún, ha visto su foto aparecer en los medios oficiales dentro de la lista de periodistas buscados por violar un decreto aprobado tras el golpe que considera delito «causar miedo, difundir noticias falsas, e incitar directa o indirectamente a una ofensa criminal contra un empleado público».

La aprobación de ese decreto en febrero fue, según muchos analistas, el pretexto para arrestar periodistas a discreción, como comenzó a ocurrir a los pocos días, con un goteo incesante desde entonces de reporteros detenidos y medios obligados a cerrar.

«Mi miedo no es ser arrestado o que me maten de un disparo. Lo que más me asusta es ser interrogado y torturado. A algunos detenidos los matan brutalmente bajo custodia», contaba a Efe en marzo un reportero de 30 años que decidió abandonar Rangún y refugiarse en una zona controlada por las guerrilla étnicas.

PETICIÓN DE EMBAJADAS

Esta situación llevó este lunes a 17 embajadas, entre ellas las de Estados Unidos, la Unión Europea y España, a reclamar la restitución de la libertad de prensa en el país así como la liberación inmediata de los periodistas encarcelados desde el golpe de Estado, con motivo de la celebración del día mundial de la prensa.

«Hacemos un llamamiento por la liberación inmediata de todos los trabajadores de medios de comunicación, el establecimiento de la libertad de información y comunicación y el fin de las restricciones de internet en Birmania», reza un comunicado firmado también por las cancillerías de Reino Unido, Australia, Canadá, Francia y Alemania, entre otros.

A los arrestos se ha unido el cierre de medios: el 8 de marzo la junta militar anunció que revocaba las licencias informativas de cinco de los medios con más seguidores – Myanmar Now, 7DayNews, Mizzima, DVB y Khit Thit Media- que han seguido informando por internet desde entonces.

El último medio en claudicar fue Mytktina News, un periódico digital del estado Kachin que este domingo recibió la noticia de que su licencia había sido revocada y anunció que cancelaba su actividad por el momento.

Las versiones impresas fueron las primeras en ir desapareciendo hasta que su último baluarte, el Standard Time, claudicó el pasado marzo y dejó a Birmania sin prensa independiente en papel por primera vez en casi una década, con los periódicos oficialistas partidarios de la junta como única opción.

Uno de ellos, The Global New Light of Myanmar, recogía hoy en portada declaraciones en que el general Min Aung Hlaing, líder de la junta, destacaba la importancia de la prensa para garantizar la libertad de expresión y la transparencia del gobierno.

CARENCIAS PREVIAS AL GOLPE

Aunque la situación había mejorado desde la transición democrática iniciada hace una década, la apertura no resultó idílica, con juicios y condenas a periodistas durante el gobierno liderado por Aung San Suu Kyi, en especial el caso contra dos periodistas condenados en 2018 a siete años de cárcel por investigar una matanza a manos del Ejército de diez personas de la etnia rohinyá.

La junta ha completado las medidas contra medios y periodistas con el corte progresivo de las comunicaciones por internet, primero con el bloqueo de plataformas como Twitter, Instagram, Whatsapp y Facebook y después con los cortes nocturnos de la señal de internet y el bloqueo desde el 15 de marzo de los datos de internet móviles.

Según la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos de Birmania, 765 personas han muerto a manos de las fuerzas de la junta desde el golpe de Estado y 4.609 han sido arrestadas, de las cuales 3.555 siguen privadas de libertad.

El Ejército birmano justifica el golpe por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, en los que arrasó el partido de Suu Kyi, como ya hiciera en 2015, con el aval de los observadores internacionales. EFE

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