(Ginebra, 16 junio, 2021).- Los presidentes de Estados Unidos y de Rusia, Joe Biden y Vladímir Putin, se reúnen hoy por primera vez y lo harán bajo un contexto de profundos desacuerdos, pero con la intención de limar las asperezas y hallar al menos algunas áreas de cooperación.
La cita, que comenzará sobre las 13.00 hora local (11.00 GMT) en la Villa La Grange, está diseñada para que dure entre cuatro y cinco horas, según el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
El presidente estadounidense ya se encuentra en la ciudad suiza, mientras el líder ruso aterrizará poco antes del inicio de la cumbre a orillas del lago Lemán.
La última vez que ambos se vieron fue en 2011 en Moscú cuando Biden era vicepresidente de Barack Obama y Putin primer ministro.
Ha pasado una década desde entonces y las relaciones entre EEUU y Rusia se encuentran en su punto más bajo en décadas, quizás desde la Guerra Fría como algunos altos cargos del Kremlin han asegurado.
EL PRESIDENTE DE SUIZA LES RECIBIRÁ
El presidente de turno de la Confederación Suiza, Guy Parmelin, recibirá en la villa primero a Putin y pocos minutos después a Biden, tras lo cual ambos posarán para una foto conjunta, según el asesor para Asuntos Internacionales del Kremlin, Yuri Ushakov.
Tras unas palabras de bienvenida del presidente suizo, los presidentes de Rusia y de Estados Unidos se retirarán a una sala de la mansión para comenzar las negociaciones, primero en formato reducido y después ampliado tras un breve receso.
De momento se desconoce si Putin y Biden mantendrán un encuentro a solas. En anteriores ocasiones, incluido durante la Presidencia de Obama, hubo un cara a cara, al igual que en 2018 en Helsinki cuando el mandatario ruso se reunió con Donald Trump.
«Todo dependerá de cómo evolucionan las conversaciones» en la cumbre y del deseo de los dos líderes de abordar de «tú a tú» algunos problemas durante su estancia en Ginebra, dijo Ushakov.
Tampoco está claro aún si habrá una declaración conjunta ruso-estadounidense al término de la cumbre, sobre cuyos resultados informarán los dos presidentes por separado.
UNA AGENDA LLENA DE DESACUERDOS
Durante la cumbre, propuesta por Biden en abril pasado durante una llamada telefónica con Putin, los dos líderes abordarán prácticamente todos los temas que preocupan tanto a Moscú como a Washington.
En la agenda figuran el estado actual y las perspectivas de las relaciones bilaterales, la estabilidad estratégica, los temas de seguridad informática y la lucha contra la ciberdelincuencia.
Además tratarán temas de la cooperación económica, el clima, el Ártico y la lucha contra el coronavirus.
Asimismo Putin y Biden evaluarán la situación en Oriente Medio, Siria, Libia, Afganistán, la península coreana, así como el programa nuclear iraní. También prestarán atención a los conflictos en Nagorno Karabaj y Ucrania y la crisis en Bielorrusia.
El presidente estadounidense quiere además hablar con Putin de los derechos humanos y la persecución de la oposición rusa, entre ellos el encarcelado Alexéi Navalni.
En la ciudad suiza ha aparecido de hecho un grafiti de Navalni, actualmente en prisión por un antiguo caso penal, similar a uno que hubo recientemente en San Petersburgo y que duró apenas unas horas.
En él se ve al líder opositor ruso sonriendo y formando un corazón con sus dedos. A su derecha está escrito «El héroe de nuestro tiempo».
EXPECTATIVAS BAJAS
Los dos mandatarios llegan con las expectativas bajas a la cumbre, pero también conscientes de que las dos mayores potencias nucleares deben entenderse en aspectos clave como la seguridad internacional, el clima o la lucha contra la ciberdelincuencia.
El mandatario ruso puso el año pasado sobre la mesa dos propuestas sobre las que aún espera una respuesta por parte de EEUU: la introducción de una moratoria al despliegue de misiles de corto y medio alcance en Europa y la reanudación de la cooperación en el campo de la seguridad de la información internacional.
El Kremlin ha avanzado como posible resultado de la cita el retorno de los embajadores de EEUU y de Rusia a sus respectivos destinos y la eliminación de obstáculos al trabajo de sus respectivas legaciones. EFE