Relato de una sobreviviente en el aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial: Me arrebataron mis sueños y mi niñez

(Caracas, 2 de septiembre, 2021).- Julia Salomón de Cohen, sobreviviente del Holocausto, aseguró que durante el genocidio de la Segunda Guerra Mundial, le arrebataron sus sueños, fantasías, juguetes y su niñez.

En el aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, la sobreviviente recordó su terrible travesía en el campo de concentración Bergen – Belsen en Alemania.

La nacida en Pristina, en la antigua Yugoslavia, destacó que durante toda su infancia se habló de guerra.

Relató su huida de Yugoslavia y posterior captura para ser llevada, junto a sus hermanos y madre, a un campo de concentración.

La sobreviviente del Holocausto, resaltó que en 1943, luego de un viaje en trenes de ganado sin agua ni comida, llegaron a Alemania, donde caminaron 24 horas para llegar a Bergen-Belsen, el campo de concentración donde estarían hasta el fin de la guerra.

También te puede interesar: Testimonios de sobrevivientes del Holocausto

«Era una niña rodeada de muertes, hambre y enfermedades», añadió. Salomón indicó que el tifus y los piojos, eran comúnes en las barracas.

Relató los estragos y tragedias de una niña de 7 años que solo soñaba con una rebanada de pan. «No me salían lágrimas del cuerpo, parecía un cadáver, todas las noches soñaba que me daban pan y me levantaba llorando del hambre» señaló.

Para ella, era incomprensible que por la palabra judío, tuviera que sufrir tanto.

Destacó que no le había hecho nada a nadie para merecer tanto dolor.

«Al salir de Bergen Belsen, nos metieron en un tren y como las entradas a Yugoslavia estaban cerradas, nos tuvimos que quedar 6 meses en un pueblo alemán» dijo.

La sobreviviente del Holocausto aseguró que vio a mucha gente morir por ingerir alimentos al salir del campo de concentración.

«Nuestros intestinos no estaban preparados para la comida, nos lo advirtieron los rusos, pero muchos no pudieron aguantar» añadió.

Luego de revisar las listas de los sobrevivientes, pudo regresar con sus padres y hermanos, sin saber de sus abuelos, tíos o primos.