(Caracas, 19 Octubre, 2021. Redacción: Daniela Brito).- El psicólogo y miembro de Cecodap, Abell Saraiba explicó que la serie El Juego del Calamar «no es una serie para niños ni para adolescentes».
Sin embargo, el especialista aseguró que la serie «ha alcanzado la dimensión de la viralidad» y esto la hace estar conectada con algo «que se comparte masivamente y muy rápido».
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Saraiba comentó que por tratarse de algo que «todo el mundo está viendo» causa un impacto en las personas que comienzan a «percibir la violencia como normal».
«Estamos comenzando a ver que el juego del calamar está pasando de ser impactante a ser divertida» dijo el psicólogo durante una entrevista en Shirley Radio.
¿El Juego del calamar podría pasar de la televisión al parque?
Abel Saraiba comentó que «en lo viral, sobre todo si es digital por lo general no tiene la mediación de alguien que te ayude a interpretar» y aseguró que los adultos pueden entender lo que quiere decir la serie pero los niños no.
«He visto muchos padres que están preocupados con que los niños jueguen esto, pero los efectos van más allá, pueden producir pesadillas o pueden hacer que la violencia se haga cotidiana y normal» dijo.
Además, el psicólogo invitó a los padres a «sentarse a conversar» con los niños para «ayudarlos a despertar la conciencia» de lo que el niño o adolescente está viendo.
El especialista explicó también que para los niños «quedarse fuera de lo que está en tendencia puede producir ansiedad» por eso buscarán la manera de verlo.
«Si mi hijo no lo ha visto y puedo evitar que lo vea, debo hacerlo», dijo el psicólogo.
¿Qué hacer si mi hijo ya vio la serie?
Lo primero que los padres deben hacer es «no escandalizarse» si sus hijos están viendo El Juego del Calamar porque de esta manera no llegaremos a ningún «acuerdo» con los niños o adolescentes, dijo el psicólogo.
También invitó a los representantes a «conversar» con ellos acerca de qué les gustó, que sensación sintieron al verla e incluso conocer «si algo les causó miedo».
«La reactividad es nuestra enemiga para hablar de cualquier cosa que sea polémica» dijo.
Comentó también que esta realidad «demanda presencia» puesto que un papá ausente tendrá muchas dificultades para poder orientar.