Sumito Estévez: «Nunca pensé que la cocina sería mi verdadera pasión»

(Caracas, 22 octubre, 2021. Redacción: Daniela Brito).- Sumito Estévez, chef venezolano conversó con Shirley Varnagy en su sección Huellas Ocultas acerca de los momentos que han marcado su vida.

El primer momento que marcó la vida de Sumito fue cuando «tuvo que decirle a su padre que no quería ser físico si no cocinero», el chef recordó que se lo dijo justo al salir de defender su tesis.

«Fue muy linda la respuesta de mi papá porque me apoyó y me entendió» comentó el chef.

Además aseguró que «cuando se tiene una mano amiga que lo apoye, todo puede resultar más fácil».

Estévez explicó que el «estaba feliz estudiando física» y que entró a la cocina «por pasión, sin pensar que algún día sería su mayor amor».

Otro momento clave en su vida fue «la mudanza a Margarita», el cocinero recordó que su esposa «lo impulsó a vivir en el lugar donde siempre ha querido».

Sumito Estévez y su fe católica

«Yo me bauticé el día que cumplí 50 años» recordó Estévez y explicó que su decisión fue tomada luego de vivir en la isla de Margarita y participar en la festividad de la Virgen del Valle.

El chef afirmó que «cuando pasó la procesión de la Virgen del Valle me puse a llorar y yo no tenía ningún motivo para estar llorando».

Sumito Estévez recordó que «fue a hablar con un sacerdote para preguntarle cuál podría haber sido el motivo de su llanto» y luego de dos años de acompañamiento católico decidió bautizarse.

«Mi casa no es una casa religiosa, no había un sentido religioso en mi casa» dijo y acotó que para el ha sido «un proceso espectacular abrazar una fe de manera viva».

El anuncio de que su hija es trans

«Cuando Jazmín me dijo por teléfono que no se sentía Pablo fue un día importante y creo que la religión me preparó para ese momento» afirmó.

El chef explicó que «es algo que no le gusta hablar en público» pero que decidió abrirse porque «desde que su hija se atrevió a decirle eso, ha visto crecer a un ser feliz».

«Para mi fue hermoso darme cuenta que el solo decirle que quería darle un abrazo bastó para aliviarle una pena» recordó.