(Caracas, 15 de septiembre, 2022).- La profesora universitaria especializada en temas ambientales y cambio climático, Gladys Rincón, señaló que Venezuela responde de forma tardía a las regulaciones de los contaminantes atmosféricos que pueden causar graves daños en el sistema respiratorio de las personas.
Alertó que «la normativa ambiental exige que la gente conozca cuáles son las calidades del aire, porque los venezolanos se están muriendo por la contaminación atmosférica».
Rincón refirió que la OMS habla de 7 millones de muertes prematuras al año por contaminación atmosférica, que responden a complicaciones severas en vías respiratorias o problemas cardíacos.
Señaló que la forma de cuantificar la calidad del aire es a través de mediciones de contaminantes y en Venezuela no se efectúa desde el año 1995.
La profesora Rincón explicó que el material particulado «hace más daño a medida que es más pequeño, porque lograr penetrar en las zonas más profundas del pulmón».
El material particulado se determina según el diámetro de cada partícula, siendo las partículas suspendidas totales (PST) de hasta 100 micras y PM10, inhalables o respirables.
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«Cuando en 1995 se actualiza la normativa de calidad de aire en Venezuela, ya comenzó siendo una actualización fuera de fecha porque no consideraba PM10 y consideraba PST», explicó.
Esto posiciona a Venezuela como «el único país de Latinoamérica que regula todavía PST y no regula PM10».
Asimismo, recordó que en el año 2010 hubo un intento fallido de hacer una reforma para la regulación del PM10, aún cuando a nivel global se ha avanzado a la regulación del PM2,5, el cual refleja en estudios que tiene mayor capacidad de hacer daño al organismo.
La experta en temas ambientales alertó que la población con mayor exposición a la contaminación por aire, es las aledañas a zonas industriales y refinerías petroleras.
Sin embargo, no excluyó al resto de la población venezolana de la problemática, por la combustión de vehículos y otros contaminantes que dejan como consecuencia frecuente y visible la calima.
