EL Salvador.- Con una sonrisa en su rostro con arrugas y sentada en el piso de tierra en su humilde vivienda en el occidente de El Salvador, María elabora artesanalmente petates (tapetes o alfombras tejidas) de palma de tule, un arte que le fue enseñado cuando era una niña y que le permitió criar a sus cuatros hijos.
La elaboración artesanal de petate está en peligro de desaparecer por la situación económica del país y por los efectos de la crisis climática, que en los últimos años han causa estragos considerables en este país centroamericano.
Sin embargo, estas amenazas parecen no importarle a María Natividad Tesorero, de 79 años, quien se rehúsa a dejar este trabajo artesanal con el que dio de comer a sus hijos, a quienes también les enseñó a elaborar este producto, y lucha por su conservación aunque ya no le sea rentable económicamente.
La elaboración del patate es asociado a una labor a los que los indígenas, especialmente las mujeres, se dedicaban. Las mujeres indígenas se quedaban en casa con sus hijos y los elaboraban, mientras los hombres cultivaban la tierra.
«Mi mamá me enseñó cuando yo estaba pequeña y me pegaba cuando un petate no me salía bien (…) mi papá nos dijo a mis hermanos y a mí que éramos pobres y que por eso no nos mandarían a la escuela y teníamos que aprender a hacer petates», contó a Efe la anciana, que también ha enseñado a sus nietos el arte del petate.
EFE