(Shanghái (China), 15 enero, 2021).- La Cámara de Comercio de la Unión Europea (UE) en China reclamó a los gobiernos de los Veintisiete que preparen estrategias para enfrentarse al desacople entre China y Estados Unidos resultante de los conflictos comerciales y tecnológicos entre ambas potencias mundiales.
En un informe presentado hoy en Shanghái, la Cámara y el Instituto Mercator para Estudios Chinos (Merics) afirman que la respuesta de los gobiernos ante los riesgos de seguridad y privacidad derivados de los avances tecnológicos creará «un mundo de sistemas tecnológicamente amurallados» y reclaman que las restricciones se apliquen de manera «proporcional» a los peligros.
La actitud «hiperconservadora» de China «y, cada vez más, de Estados Unidos e incluso de la UE», tendrá un efecto «devastador» en las economías de escala y supondrá un lastre para la innovación, apunta el dossier, que propone la creación de marcos internacionales para clasificar los riesgos para la seguridad nacional de los diferentes países en diferentes sectores.
Para ello, sería necesario pactar la creación de estándares internacionales en tecnologías nuevas o emergentes, aunque uno de los autores del informe, Jacob Gunter, afirmó en un encuentro con medios que las compañías chinas afrontan ese reto con muchos más recursos y coordinación que las europeas.
DIFICULTADES PARA LAS EMPRESAS EUROPEAS
El informe también recomienda la creación de mecanismos europeos que actúen como un «consejo de seguridad económica», que debería «mostrar solidaridad» cuando se enfrente a políticas de «coacción económica».
Las empresas de la UE que operan en China, advierte el organismo que las representa, se enfrentan a restricciones al flujo transfronterizo de datos por asuntos de seguridad nacional, lo que les dificulta la explotación de los recabados en ambas partes y podría suponer un gasto inasumible en caso de que se vieran obligadas a construir infraestructuras digitales separadas.
En lo relativo a cuestiones polémicas como las redes 5G, las compañías europeas se han visto en una encrucijada, ya que EE.UU. quiere que no haya tecnología china en los equipos que despliegue en el país y China está dificultando el acceso a su sector de telecomunicaciones, expulsándolas del mercado, obligándolas a aliarse con firmas locales o «dejándoles las migas que quedan en la mesa».
Las recomendaciones que se hacen a las firmas europeas pasan por adelantarse a las posibles dificultades derivadas de las tensiones globales, colaborar de forma más cercana con los gobiernos y participar a través de asociaciones en diferentes mercados cabildeando para tratar de mitigar los efectos del desacople.
EL DESACOPLE SE GESTABA ANTES DE TRUMP
En el marco de la guerra comercial con China, iniciada por Washington en 2018, el informe matiza que, aunque «la Administración Trump puso la chispa, el barril de pólvora que China había creado estaba destinado a explotar en algún momento».
Y es que, según la Cámara y Merics, la tendencia de desacople no empezó hace tres años sino con las políticas aperturistas iniciadas por Pekín en 1978: «s través de barreras al acceso a su mercado y otros impedimentos, China ha gestionado su interdependencia con la economía mundial de una forma altamente estratégica y limitada».
De este modo, en sectores como los ferrocarriles de alta velocidad o las finanzas en los que China necesitaba tecnología extranjera o una mayor competencia se produjo un «acople selectivo», mientras que el país asiático se mantuvo «desacoplado» del exterior en industrias «reservadas para los campeones nacionales, a menudo propiedad del Estado».
Asimismo, con respecto a las políticas de autosuficiencia en tecnologías estratégicas, el estudio recuerda que datan de más de hace quince años, con ejemplos como el plan ‘Hecho en China 2025’, y que Pekín parece responder a esta «crisis de interdependencia» redoblando sus esfuerzos «de manera más radical» para no depender de otros países en esta materia.
«Una mayor apertura de mercado o cualquier ‘acople’ con China será bajo la condición de que se apoyen los objetivos» de ese plan, que busca una mayor autonomía y control de las cadenas de suministro industriales.
EFE