(Jerusalén, 22 de diciembre de 2022. EFE).- Israel recibió en 2022 la cifra récord de 70.000 nuevos inmigrantes judíos, la más alta en 23 años, procedentes de 95 países diferentes, pero sobretodo de Rusia y Ucrania.
La cifra récord en la llegada de «olim chadashim» (inmigrantes judíos) representa también un drástico aumento respecto a 2021, cuando 28.600 nuevos inmigrantes judíos se instalaron en Israel, según cifras difundidas hoy la Agencia Judía, entidad que se dedica a facilitar este proceso conocido como «aliá»
Este año, la gran mayoría de los nuevos inmigrantes -que se acogen a la Ley de Retorno en base a sus raíces judías- proceden de Rusia y Ucrania, éxodo motivado por el contexto de la guerra entre ambos países, así como la creciente represión bajo el régimen ruso de Vladimir Putin.
Entre el 1 de enero y el 1 de diciembre, llegaron a Israel 37.364 «olim» de Rusia y 14.680 de Ucrania; además de 3.500 de EEUU; 2.050 de Francia; 1.993 de Bielorrusia, 1.498 de Etiopía, 985 de Argentina, 526 de Gran Bretaña, 426 del Sudáfrica y 356 de Brasil.
Por rango de edad, alrededor del 27 % son jóvenes de entre 18 y 35 años; el 24 % son niños y adolescentes, el 22 % tiene entre 36 y 50 años, el 14 % entre 51 y 64 años; y el 13 % más de 65 años.
Dada la afluencia de recién llegados este año, la Agencia Judía planea establecer un nuevo modelo de «centros de absorción abiertos» donde los jóvenes «olim» vivirán en el mismo edificio y se beneficiarán de los servicios de apoyo comunitario.
Además, se enviaron 2.180 emisarios a comunidades judías en 65 países del mundo para fortalecer la identidad judía y el vínculo con Israel, que han trabajado sobretodo en campus universitarios y centros educativos.
Aunque Rusia es el país que más emigración judía ha enviado a Israel, la Agencia Judía ha sufrido serias dificultades para realizar su labor desde allá, suspendida en los últimos meses, ante los intentos del gobierno de Putin de expulsarla del país.
La medida sería una represalia de Rusia ante la alineación de Israel con las potencias occidentales en la guerra en Ucrania y su apoyo expreso a la «soberanía e integridad territorial» de ese país, para enfado de Moscú, con quien mantiene una alianza geoestratégica en Siria.
El Estado judío ya alberga una gran comunidad rusoparlante de en torno a 1,2 millones de personas. Se trata de gente que llegó de países de la antigua Unión Soviética después de su caída, desde los años noventa.
