(Niamey, 6 de agosto de 2023 – EFE / MundoUR).- La junta militar golpista en Níger anunció este domingo que vuelve a cerrar el espacio aéreo del país africano desde hoy coincidiendo con el vencimiento a partir de esta medianoche del ultimátum que la Comunidad Económica de Estado de África Occidental (Cedeao) dio a los militares en el poder para restaurar el orden constitucional, bajo la amenaza de una intervención militar.
De acuerdo con un comunicado leído por el coronel mayor Amadou Abdaramane, miembro de la junta golpista autodenominada Consejo Nacional de Salvaguardia de la Patria (CNSP), en la televisión pública esta noche, la junta golpista advierte que cualquier violación de esta medida tendrá una respuesta «enérgica» e «instantánea».
«Ante la amenaza de una intervención que se precisa a través de los preparativos desde un país vecino, el espacio aéreo de Níger se cierre a partir de hoy domingo 6 de agosto de 2023, para todas las aeronaves hasta nuevo aviso. Toda tentativa de violación del espacio aéreo tendrá una respuesta enérgica e instantánea», según el comunicado número 23 leído por Abdaramane, que no dio detalles sobre el país vecino al que se refiere.
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El CNSP protagonizó el pasado 26 de julio un golpe de Estado y anunció entonces la destitución del presidente, Mohamed Bazoum, el cierre de las fronteras aéreas y terrestres, y la suspensión de la Constitución.
El pasado jueves los golpistas reabrieron sus fronteras con cinco países vecinos: Argelia, Burkina Faso, Chad, Libia y Mali.
En la medianoche de este domingo vence el ultimátum que dio la Cedeao a la junta golpista para devolver al poder al presidente depuesto Bazoum bajo la amenaza de una intervención militar.
No obstante, la opción militar divide a los países del continente africano e incluso a los miembros de la propia Cedeao. Por el momento, los gobiernos de Nigeria, Benín, Costa de Marfil y Senegal han confirmado de una manera clara la disponibilidad de sus ejércitos para intervenir en territorio nigerino.
En el otro extremo, Mali y Burkina Faso, países cercanos a Moscú y gobernados por juntas militares, se oponen al uso de la fuerza y alegan que cualquier intervención en Níger equivaldría a una declaración de guerra también contra ellos.
También se han opuesto a la intervención Guinea-Conakri, Argelia y Chad.