(Caracas, 28 de noviembre de 2023, José Luis Carrillo/MundoUR).- La pandemia por covid-19 y la situación económica del país, junto al fenómeno de la migración, son factores que han contribuido a que niños y adolescentes sean cada vez más víctimas del grooming (acoso o abuso sexual a través de internet), por lo que se requieren rol activo de padres y representantes para dar conciencia sobre los peligros y apoyar ante situaciones que se presenten para así reducir la vulnerabilidad por contenidos compartidos en redes.
Fernando Pereira, educador y cofundador de la organización social Centros omunitarios de Aprendizaje (Cecodap), explicó que el grooming no es un fenómeno nuevo ni reciente, pero que en los últimos años ha tomado más fuerza.
Detalló que la palabra grooming se utiliza para denominar a pederastas, personas adultas que, valiéndose de información falsa, se hacen pasar por otras personas, dicen que tiene otra edad u otro sexo para ganarse la confianza y entrar en el entorno virtual de ese niño niña o adolescente que publica contenidos, como los deportes que practica o lo que baila, por ejemplo, y esa información la utiliza aquella persona para ir ganándose su confianza.
Añadió que esa persona avanza de esa manera hasta que, aprovechando la situación de vulnerabilidad, logra meterse en la vida de este niño o niña al que empieza a pedir información confidencial, fotos, y le dice que tiene características para triunfar como modelo o actriz, o que tiene un cuerpo para posar a para distintas revistas y le empiezan a llenar a la cabeza de ofrecimientos.
“Si unimos la necesidad económica la carencia que hay en el entorno, la soledad de los chicos y la maldad de estas personas tenemos la combinación perfecta para que haya aumentado número de niños que son víctimas”, aseveró Pereira.
Diálogo permanente para reducir vulnerabilidad
Pereira destacó que hay personas adultas que, cuando se habla de estos temas, a veces banalizan un poco el mismo y dicen “¿quién va a engañar a estos muchachos si saben más que nosotros”, pero que las estadísticas no mienten y muestran un incremento en el número de casos, por lo que se debe reducir la vulnerabilidad.
Planteó entonces hablar con hijos sobrinos, chicos y chicas, conocer si ellos están conscientes de los peligros del entorno y evitar la hipersexualización de las niñas, evitando estimular el comportamiento de hacer que suban fotos con bailes, vestidos o maquillaje de adultos para que les den “likes” en las redes sociales.
Finalmente, hizo hincapié en que los niños, niñas y adolescentes deben saber que sus padres los apoyan siempre y especialmente en esos momentos y situaciones que no tienen capacidad de manejar.
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