(Las Palmas de Gran Canaria, 20 de abril de 2024 – EFE / MundoUR).- Los cinco países mediterráneos que constituyen la frontera sur de Europa y que más esfuerzos asumen en inmigración pidieron a la Unión Europea (UE) que sus políticas dejen de ser básicamente «reactivas», para incluir más esfuerzos en prevención de flujos en origen y devoluciones.
El club que conforman Italia, Grecia, Chipre, Malta y España, denominado MED-5, celebró este sábado en la isla española de Gran Canaria (Atlántico) su primera reunión desde que el Parlamento Europeo dio este mes el visto bueno al nuevo Pacto de Migración y Asilo y la primera en su historia (hay seis precedentes) que convoca fuera del Mediterráneo.
El marco que se abre tras la aprobación del Pacto Migratorio de la UE al cabo de años de negociaciones y desacuerdos congregó en Canarias a los ministros de Interior de Italia, Malta y España, Matteo Piantedosi, Byron Camilleri y Grande-Marlaska; el ministro de Migraciones de Grecia, Dimitris Kairidis; y el director del Servicio de Asilo de Chipre, Andreas Georgiades.
El contenido de declaración conjunta y la intervención de cada uno de ellos en la rueda de prensa posterior evidencia que el Pacto no colma las expectativas, si bien los cinco comparten que es un «mínimo común denominador» positivo, que permitirá «avanzar en la dirección correcta».
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De acuerdo con la Agencia Europea de Fronteras y Costas (Frontex), la UE recibió durante el primer trimestre del año a 41.672 inmigrantes irregulares por vía marítima, desembarcados tras el correspondiente rescate en esos cinco países.
Ante esta situación, los cinco países llamaron a la Comisión Europea a prestar más atención a la prevención de los flujos migratorios, por dos vías: librando más fondos para la cooperación en los países emisores de emigrantes y ampliando acuerdos con estos Estados.
Los cinco países remarcaron que sus fronteras son las fronteras exteriores de la UE, por lo que necesitan a los otros 22 países detrás, y pidieron que el mecanismo compensatorio que incluye el pacto (por el un país puede pagar una cuota si no quiere asumir el cupo de refugiados que le asignen) no se lea como «pagar para no acoger», sino «pagar para contribuir a la política migratoria común», según dijo el titular español.
En cuanto a la devolución de los migrantes que no consigan el estatuto de refugiado u otra figura legal de acogida, los cinco países de la frontera sur de Europa lanzaron un mensaje común: la UE debe buscar una mayor cooperación con los países emisores para retornos forzosos o voluntarios, porque ese «es uno de los pilares de un sistema de migración y asilo sólido y creíble».