(Vinhedo, 10 de agosto de 2024 – MundoUR).- Un vuelo que iba de Vinhedo a Sao Paulo, en Brasil, se desplomó cuando le quedaban unos 80 kilómetros para llegar al aeropuerto. Se dijo que viajaban 62 personas a bordo, pero al menos una persona se salvó por no subirse.
Como esas historias increíbles que por alguna eventualidad no ocurrió una catástrofe, fue la que experimentó Adriano Assis, quien no pudo embarcó en el fatídico vuelo por llegar tres minutos tarde.
Cuenta Assis que llegó al aeropuerto a las 9:40 de la mañana a tomar su vuelo y se encontró con que el mostrador de la línea aérea Latam estaba cerrado y que había sido reasignado a Voepass -compañía propietaria del avión siniestrado-.
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Señaló que nadie le había indicado que su vuelo había sido cambiado y decidió esperar en la cafetería mientras le daban noticias de qué sería de él. Refiere que como no escuchó información alguna casi una hora después de que llegara, volvió a bajar para que le dijeran qué había pasado.
Uno de los empleados le dijo que el embarque había sido una hora antes y que ya no podía embarcarse, lo que ocasionó una discusión entre Assis y el trabajador de la aerolínea.
«Hoy quiero agradecerle, porque si hubiera hecho una excepción, yo sería una de las víctimas”, confesó Assis con lágrimas en los ojos.
“Hizo su trabajo. Si no hubiera hecho su trabajo, quizás hoy no estaría en esta entrevista”, continuó.
Un avión con 61 personas a bordo se estrelló el viernes 9 de agosto en una zona residencial en el municipio brasileño de Vinhedo, en el estado de São Paulo, en un accidente en el que no hubo supervivientes.
El aparato, de la aerolínea Voepass, cayó en vertical, girando sobre sí mismo, hasta estrellarse en una zona de vegetación dentro de una urbanización residencial, cerca de una vivienda.
No hubo sobrevivientes entre los 61 ocupantes del avión, entre ellos 57 pasajeros y 4 tripulantes, según informaron las autoridades brasileñas.
Con información de TN