(Sevilla, 14 de diciembre de 2024 – EFE / MundoUR).- El último partido en el Sánchez-Pizjuán de Jesús Navas, que abandonó el césped en minuto 70 en loor de multitudes, se saldó con una agónica victoria del Sevilla sobre el Celta (1-0) certificada con un gol en la segunda parte del canterano Manu Bueno que sus compañeros defendieron con heroísmo.
Pablo Durán tuvo las dos primeras ocasiones del partido, habilitado primero con un gran pase de Iago Aspas tras el que disparó fuera con poco ángulo, y con un cabezazo a un palo a la salida de un córner (min. 18), mientras que el Sevilla aún parecía con la mente en los homenajes a Jesús Navas.
A pesar de su escasa capacidad para mantener la posesión, los sevillistas fueron sacudiéndose del acoso del rival a partir de la media hora y mostraron su primera prueba de vida en el área de Guaita con un disparo desde la frontal de Saúl que repelió con seguridad el arquero visitante (min. 37).
Poco después, Williot empaló mal con la zurda un centro raso de Durán y lo mandó por encima del travesaño para coronar un primer periodo que el Celta debió terminar con la sensación de no haber plasmado en el marcador el dominio, por momentos ultrajante, que ejerció en los primeros 45 minutos.
*Lea también: Osasuna y Espanyol pactaron sin goles este #14Dic
Manu Bueno, que había rozado la cruceta con un chut lejanísimo al inicio del segundo tiempo, adelantó al Sevilla cuando se encaraba el último cuarto del partido, al golpear raso con la izquierda desde el borde del área un despeje corto de un córner de la defensa visitante, en uno de cuyos componentes rozó el balón para terminar de despistar al portero.
Recién inaugurado el marcador, García Pimienta retiró a Jesús Navas, cuyo último servicio deportivo fue alargar su despedida durante dos minutos que pararon el encuentro, y ordenó un repliegue total para dejar sueltos en ataque a Lukebakio e Idumbo, su pareja de extremos belgas.
Los dos futbolistas de origen congoleño armaron un contragolpe de libro, tras un robo de Agoumé, que terminó con una bicicleta del goleador sevillista sobre Marcos Alonso y un trallazo al lateral de la red.
Sin embargo, la última gran oportunidad del encuentro fue para Alfon, que le ganó la espalda al debutante Darío, que acababa de suplir al lesionado Montiel, y se plantó ante Álvaro Fernández, quien achicó con prontitud y detuvo con la cara la pelota que hubiera supuesto el empate.
Ante el acoso del Celta, el Sevilla tiró del manual del ‘otro fútbol’ que legó Carlos Salvador Bilardo en su paso por el banquillo sevillista para, en medio un ambiente volcánico que electrificó la grada, lograr que apenas se jugase en el largo añadido que decretó el árbitro.