(Caracas, 20 de mayo de 2025. Lismar Rebolledo/MundoUR).- La reciente tregua arancelaria entre Estados Unidos y China ha generado un debate sobre el futuro del comercio global y el papel de los aranceles como herramienta de presión política. Si bien parece un retroceso de las políticas de la era Trump, la incertidumbre persiste y el impacto a largo plazo es difícil de predecir.
Luis Angarita, internacionalista y profesor de la UCV, señaló en entrevista con Román Lozinski que «en primeras de cambio parece un retroceso en las estrategias de Trump todopoderoso que abasallaba, que amenazaba, que tenía esta herramienta económica como arma de uso política.» Angarita destacó que China, a diferencia de otros países, se plantó firme ante las amenazas de Trump, lo que generó un cambio en la dinámica de negociación.
Sin embargo, Angarita advirtió que esta tregua no implica el fin de las tensiones comerciales. «Hay que entender que hubo un cambio de paradigmas y esto no viene desde ahorita, sino desde que se asumió en el primer gobierno. Hubo una guerra comercial en el 2018-2019, el mundo globalizado con aranceles cercanos a cero pareciera que está en debate,» explicó. Aunque se haya reducido la escalada arancelaria, el hecho de que los aranceles netos hayan aumentado de 10% a 30% tiene un impacto importante.
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La imprevisibilidad de las políticas de Trump está generando efectos inesperados en el mercado. «Es tanta la incertidumbre frente a la incertidumbre de Trump es que pareciera que muchas cadenas comerciales se adelantaran a importar antes de que a Trump se le prenda el bombillo, incluso están haciendo desde ya compras navideñas,» señaló Angarita. Esta sobreactividad comercial está teniendo efectos en las empresas chinas y podría generar un aumento de los cobros, lo que dificultaría el control de la inflación por parte de Trump.
Angarita enfatizó que el mundo está observando con atención la situación. «Primera vez en más de 40 años que vemos el arancel como una herramienta de negociación política más que negociación económica y el mundo pone sus barbas en remojo.» Europa está pensando en nuevas cadenas de suministro y China está reimpulsando la ruta de la seda.
Finalmente, Angarita destacó que, a pesar de la importancia de los aranceles, la producción mundial se está moviendo hacia la digitalización y la robotización. «La producción mundial no se va a reindustrializar, se va a digitalizar, robotizar, van a haber muchas otras cosas que van a caracterizar el mercado mundial y el tema de los aranceles será algo, pero no tan determinante.» La clave estará en cómo se adaptan las empresas y los países a esta nueva realidad. «Cuando Estados Unidos y China estornudan, al mundo les da una tos terrible porque cuando los principales productores y consumidores comienzan a hacer guerras de precios que el resto del mundo deja de ser competitivo.»