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domingo, junio 22, 2025

Roberto Musso nos abre las «Puertas» al mundo del Cuarteto de Nos

(Caracas, 6 de junio, 2025. Moises Pereira/MundoUR).- El pasado 22 de mayo, la banda uruguaya El Cuarteto de Nos estrenó su decimoctavo disco titulado «Puertas», compuesto por ocho canciones con variedad de letras entre reflexivas, irónicas y críticas, que caracterizan al grupo de 45 años de carrera.

Para conocer más detalles del proyecto y a horas de iniciar con el tour más grande del Cuarteto de Nos, Roberto Musso, vocalista y guitarrista de la banda, conversó con nosotros conectado vía Zoom desde un frío Montevideo y con una energía al máximo, a pesar de haber terminado un ensayo minutos antes.

P: Cuéntanos sobre «Puertas», ¿Cuál es la idea central que quisieron transmitir con el disco?

R: A primera vista «Puertas» es una palabra muy simple, no parece muy creativa para ponerle el nombre de un disco, pero si la ves con más atención tiene mucho simbolismo. De hecho, la canción que abre el disco salió antes que el nombre del disco.    

Tiene eso de que al pararte en una puerta estás tomando una decisión. Siempre digo que nosotros como seres humanos somos un resumen de las decisiones que hemos tomado hasta hace un segundo atrás. Eso ha sido nuestra vida hasta ahora y cada vez que estás frente a una puerta debes tomar la decisión de abrirla o no.

Y nos ha pasado a todos el haber golpeado una puerta, y que nos la hayan abierto cuando esperábamos una ayuda. Puertas por las que hemos entrado a ese lugar y nos fuimos enojados, decepcionados, dando un portazo y jurando nunca más volver, y en algunos casos hemos vuelto a repetir el mismo error.

Puertas que uno mira por la cerradura, no le gusta mucho lo que hay adentro y dice «mejor acá paso y sigo porque me va a ir mal». Puertas que con el derecho de admisión no nos han dejado pasar injustamente. Entonces, como ese camino infinito de puertas que sigue siendo la vida misma de cada uno de nosotros, quizás, como dice la canción, es seguir buscando la puerta en la cual va a estar la salvación, y la palabra «salvación» puede sonar un poco fuerte en este contexto, pero yo creo que cada uno le da su interpretación. Por eso me gustó un poco ponerla también ahí.    

P: ¿Y cómo fue el proceso creativo en comparación a discos anteriores?

R: Al proceso lo llamaría logístico, porque es más o menos el mismo. Yo hago las canciones acá en mi estudio, en el fondo de mi casa en Montevideo, en aproximadamente año y medio o dos años, se las muestro a mis compañeros del Cuarteto cuando ya están en la maqueta. 

Entre todos elegimos las mejores para llevarlas al disco y le terminamos de hacer los arreglos a la parte musical, porque por lo general las letras se quedan desde que las compongo. Ya luego vemos con qué productores trabajamos, un poco viendo el camino que queremos seguir con cada canción para trabajar específicamente ya en el estudio. Es un proceso que nos ha resultado, pero que también tiene sus matices, porque depende del productor que elijamos, por la óptica que le da cada uno.

En este caso, trabajamos con Héctor Castillo en su estudio en Brooklyn y con Eduardo Cabra en Puerto Rico y acá en Montevideo. Ha sido una muy buena experiencia eso de salir de lo estándar de hacer un disco de rock con un solo productor. Trabajamos con cuatro productores que son de primer nivel y para ellos también es más fácil, porque trabajan con hasta tres canciones que 15 o 20 días ya las tienen pulidas.

P: Conociendo al Cuarteto, siempre mezclan el rock con géneros como pop, hip-hop, electrónica, ¿Para «Puertas» experimentaron con algún sonido diferente o algo nuevo que integraron?

R: Las canciones desde su concepción tenían su complejidad de cómo llevarlas al lenguaje discográfico. Por ejemplo, «En el Cuarto de Nico», es una canción con instrumentación roquera, pero que tiene una parte de cuerdas y una orquesta, que desde el demo yo ya me imaginaba que era el vinilo que sonaba en el cuarto del tal Nico y que no era necesariamente el Cuarteto tocando. Entonces como eso no es algo que hace la banda y pasamos a trabajar con una orquesta de acá y un corno inglés. Eso fue un desafío muy lindo.     

Otro ejemplo es en «El Astrónomo que no podía ver el cielo». Yo había hecho un piano con MIDI, muy elemental. Cuando se lo mostramos a Eduardo le encantó y el piano que suena en la canción lo tocó un pianista cubano que le dió toda su onda.

Entonces, uno siempre se va adecuando a lo que se viene. Esa parte tan ecléctica que tiene el Cuarteto de mezclar rock con otros géneros se valora muchísimo la parte artística y conceptual de cada canción.

P: ¿Tienes alguna canción favorita de «Puertas»?

R: Cada una tiene lo suyo. Estamos haciendo discos más cortos para justamente tener ese abanico y no tener tantas canciones de relleno. Entonces levantamos ese estándar al tener ese set de 12 o 13 canciones, y luego elegir las mejores ocho que nos agradan a todos, así también tienes más tiempo para trabajar cada una.

Del disco me gustan todas, te soy sincero. «En el cuarto de Nico» me parece que está muy bien lograda. Desde el punto de vista de la letra, me gustó explorar que sea una canción en la cual el sujeto del que se habla no aparece y que los objetos del cuarto sean los que tomen la voz cantante de la canción.

Me pareció interesante que pueda definirnos, pero no visto por uno mismo o un tercero, sino por los objetos: el antifaz, el libro que está inundado, la taza de té… y que el estribillo de la canción dice «Escúchenlo, aunque no esté llamando, escúchenlo, aunque no esté gritando» y que ese llamado son los mismos objetos que están gritando. Me parece una de las letras que me gusta como está finalizada y redondeada.    

P: Y sobre el estilo artístico que es parte de «Puertas», sabemos está hecho por Julita Conde, pero ¿cómo llegaron al resultado final?        

R: Con Julita estamos trabajando ya un par de discos atrás y, además de los videos, la incorporamos como productora de la puesta en escena del show, porque nos encantó tanto el trabajo que quisimos incorporar el concepto para que todo tenga un hilo conductor, pues estamos ya montados en la puesta en escena del show que vamos a llevar a Caracas con ella a la cabeza.

Los Cuartetos y yo siempre fuimos muy fans de la corriente de arte surrealista desde que eramos chicos. De las primera obras de teatro que consumimos como espectadores allá a finales de los 80, principios de los 90, obras de Ionesco, de Goethe, todas esas historias de personajes que no terminaban de aparecer, que tenían un montón de contradicciones y ambigüedades, y yo creo que esas ideas están marcadas en nuestras canciones de aquella época hasta en las de ahora.

Pero nunca tuve tan explícitamente la idea de plasmar eso en una portada hasta este disco. Entonces, toda esa cantidad de objetos que tiene la portada como el paraguas, la jaula que vuela, los espantapájaros que no espantan pájaros porque están llenos de nidos… un montón de referencias que pintaban muy bien el cuadro.

Julia lo interpretó de una forma bárbara y le dio una una belleza estética muy fuerte a todo lo que es el arte del del disco en sí.

P: Desviandome un poco para resolver una duda ¿Cómo se llama el gato de Nico?

R: El gato de Nico se llama Adorno. Estuvimos buscándole varios nombres y la idea de que apareciera fue también de Julia que me preguntaba «¿qué nombre le ponemos, Roberto?»… 

Yo me acordé que había una historia de que uno de los gatos de Julio Cortázar se llamaba Adorno y me pareció un nombre perfecto, porque el gato es un adorno en sí mismo.

P: ¿Qué otras novedades traen para los shows del tour y cómo es la preparación de las canciones del setlist?

R: Primero que nada es el estreno de varias canciones de «Puertas» en vivo, pero eso de escoger las canciones para el show siempre es un lío porque si le preguntas a cualquier fan que va a un show nuestro te van a pedir 12 canciones diferentes, por suerte.

Entonces, lo que nosotros llamamos «ingeniería del setlist» es un poco complicado, porque también sabemos que hoy por hoy es el momento en el que El Cuarteto convoca a más gente en toda su historia. A cualquier show al que vamos en Latinoamérica sigue creciendo el público, tocamos en lugares más grandes y hay un montón de gente que nos ve por primera vez, sobre todo gente muy joven.

Yo digo siempre que no puedes cortarle al público las ganas de escuchar la canción con la que conocieron a la banda, que seguramente no es una canción del disco nuevo. Entonces ahí hacemos un equilibrio, repartimos las canciones del disco nuevo con algunas de los anteriores, de «Raro» en adelante.

P: Ahora, sobre el reencuentro con Caracas ¿qué esperas de ese momento?

R: Con muchísima expectativa, porque no solo hemos ido a Caracas, también hemos estado en Maracaibo, Barquisimeto, Valencia…  Lo que recuerdo es la intensidad de la gente. Me acuerdo de varios shows en Caracas en un «boliche» más chiquito y era impresionante lo repleto de gente que estaba, con una energía cerca del escenario que fue divino vivirla.

Ahora es como siempre, cuando nos dicen para ir a Venezuela nos quedamos recontra contentos, porque sabemos que hay un montón de gente allá con ganas de escuchar al Cuarteto, así que nada, contentísimo de la vuelta dentro de poquito.  

P: ¿Y tienes alguna anécdota de un show anterior en Caracas que te haya marcado?    

R: Sí, específicamente tengo dos recuerdos. Una es la primera vez que fuimos a Caracas, por allá en el 2010 en el auditorio del Sambil que nos parecía gigante en aquel momento. Cuando vimos la prueba de sonido llegó la duda de «¿cuánta gente nos pone acá?», de preocupación. Pero cuando sonó el primer acorde de «Bipolar» toda la gente se paró como loca a cantar y dije «Ah, qué increíble lo que está pasando acá.»

Y la siguiente fue una serie de shows seguidos en un «boliche» que se llamaba Teatro Bar, que el lugar estaba repleto de gente y tuvimos que hacer entre dos o tres shows más porque la gente estaba hasta en la calle. Me acuerdo que en el primer show empezamos a tocar «Miguel gritar» y empezaron a saltar como locos, al punto que el escenario temblaba y en una se cortó la luz porque se despegó un cable, pero la gente siguió cantando la canción como si nada. Fue muy emocionante, la verdad.    

P: Después de tantos años en la música, ¿cómo mantienen esta frescura y creatividad con cada disco?

R: Muy bueno lo que preguntas… Debe haber un montón de parámetros para esa respuesta. Una es el seguirlo disfrutando como siempre, a pesar del montón de años atrás, giras y todo, el disfrutarlo es impresionante.

También que van pasando los años, estamos viendo el mejor momento de la historia del Cuarteto y parece extraño eso para una banda de tantos años. Además, motiva muchísimo el hecho de llegar a generaciones nuevas y que se esté renovando el público es otro «input» importantísimo, porque para mí el seguir sintiendo de cerca al público.

Nosotros siempre hacemos «meet & greet» para conocer un poco a la gente antes de los shows y lo hemos tratado de humanizar, que no sea que la gente venga solamente a tomarse la foto, sino que nos gusta poder charlar aunque sea cinco minutos con cada uno.

Y las historias que te cuentan son súper profundas, crudas y duras. De cómo una canción les salvó la vida y se tatuaron la letra, o cómo salvaron a un amigo que estaba a punto de tomar una decisión muy fea y le presentaron una canción del Cuarteto, ahora ese amigo está yendo a los shows… 

Entonces para mi que tengo una hija de 14 años y veo a muchos pibes de esa edad, se me pone la piel de gallina cuando me cuentan todo eso, porque se ve el poder de la música etérea y quizás tan difusa como le puede llegar a cambiar la vida una canción a una persona muy joven. Todo eso me influye para darme más ánimos a seguir escribiendo.

P: Y si tuvieras que definir «Puertas» en una frase, ¿cuál sería?    

R: Para mí hoy por hoy es una contradicción entre incertidumbre y certeza, porque el primer contacto es con ustedes los comunicadores, la prensa… entonces siempre hay un gran signo de interrogación en esta primera etapa ya a unas semanas de haber sacado el disco, pero ya dentro de poco esa incertidumbre se va a convertir en una certeza de que el disco ha gustado, sobre todo cuando escucho las palabras «fresco» o «renovador», y que sigue sorprendiendo me llena de emoción, porque a está altura de la vida una de las cosas más difíciles que hay es poder seguir sorprendiendo a los propios.

Así que me encanta cuando una persona tan cercana, como comunicadores o fans te dicen que el disco los sorprendió. 

P: Para cerrar, ¿qué mensaje le envías a los fans de Venezuela que los esperan la próxima semana?

R: Bueno, a los fans venezolanos, primero que nada, un saludo y un abrazo fortísimo. No se pierdan el show que viene porque realmente es un show que tiene un montón de condimentos que lo hacen muy especial para nosotros. Estaremos estrenando en vivo unas cuantas canciones del disco nuevo, que tienen un power… Lo sabemos porque las hemos ensayado y nos damos cuenta de que se van a integrar divinamente al setlist.

De hecho, nosotros tocamos en un festival muy grande que se llama «Cosquín Rock», que se hace habitualmente en Argentina, pero se hizo la versión aquí en Montevideo y tocamos por primera vez «Cara de nada», que es una de las canciones más punks del disco y la gente «flasheó», les encantó.

Aparte de eso es un año muy importante para nosotros, además de este reencuentro en Caracas, tenemos el show de Santiago de Chile, que es en el Movistar Arena y es el show más grande que hemos hecho en Chile en toda nuestra historia.

También tenemos el Palacio de los Deportes en Ciudad de México en octubre, que también es un lugar enorme, que si me preguntabas hace 5 años, te decía, «pero loco, ¿cómo vamos a llenar ese lugar?» Así que nada, se viene un año abriendo puertas nuevas.

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