(Vitoria, 2 de noviembre de 2025 – EFE / MundoUR).- El Deportivo Alavés frenó en seco al RCD Espanyol (2-1) gracias a una gran primera parte en la que encarriló el choque con un gran despliegue de presión y fútbol que le dio mucho rédito aunque acabó reclamando el final del partido tras una segunda mitad en la que se rehizo el conjunto catalán.
Los dos goles de los vascos llegaron a través de la presión y la recuperación de balón cerca de la meta visitante. Denis Suárez abrió el marcador a los cinco minutos y Lucas Boyé, uno de los más destacados, consiguió el segundo antes del descanso.
Roberto recortó distancias en la segunda parte en la que el Espanyol metió atrás a los babazorros, que aguantaron y dieron un salto importante en la clasificación.
Poco tardó el equipo vasco en mover el marcador. A los cinco minutos Denis Suárez se estrenaba con la camiseta alavesista al aprovechar desde la segunda línea un buen pase atrás de Carlos Aleñá, tras una buena recuperación albiazul, lo mejor que sabe hacer el equipo albiazul.
De hecho, la presión local marcó el inicio de un partido con absoluto protagonismo de los babazorros que estuvieron cerca de ampliar la renta a los 12 minutos, pero Dmitrovic desbarató la ocasión del argentino Lucas Boyé en el primer palo.
El portero periquito fue el mejor de su equipo en un cuarto de hora de control local.
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La actividad de Yusi por el flanco izquierdo y el dominio en el centro del campo de Denis Suárez y Antonio Blanco eran las tres vías de agua abiertas de un Espanyol, incapaz de desplegarse con balón.
En una de las primeras salidas claras de los catalanes, Jofre consiguió entrar en el área trompicado desde la derecha y el despegue de Jonny Otto se estrelló en el poste izquierdo de Antonio Sivera.
El centrocampista de Girona fue el que más peligro llevó del equipo de Manolo González, mientras que los chispazos del local Calebe Gonçalves levantaron al público de sus asientos.
El Espanyol creció y se estiró con el paso de los minutos, pero cuando mejor estaba el plantel periquito, de nuevo una pérdida de balón le paso factura.
Lucas Boyé robo un balón a Rubén Sánchez y se fabricó el segundo gol antes de llegar al descanso, al que se llegó después de que Cabrera estrellara el balón en el larguero de Antonio Sivera con un centrochut.
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Manolo González reaccionó en el descanso al introducir más pólvora en la zona de ataque y Roberto Fernández respondió. El delantero avisó y en el minuto 56 recortó distancias con un buen gol de cabeza al adelantarse a Víctor Parada en el punto de penalti.
Para entonces el partido había cambiado notablemente. El plantel periquito se volcó a la presión y pasó a dominar el partido a base de posesión y dureza, mientras Kike García, lesionado, recorría las bandas rumbo al banquillo bajo una ovación cerrada de la que fue su afición.
Roberto Fernández llevaba el peligro constantemente y lideraba los ataques de un Espanyol que metió atrás al Alavés, que estuvo más impreciso con el balón.
En una de las pocas salidas de los vascos pudo sentenciar Carlos Vicente en boca de gol, pero el maño no acertó a empujar el esférico con todo a favor en boca de gol.
En la recta final se ensució el partido con muchos caídas y encontronazos entre los que el Espanyol reclamó un penalti sobre Dolan y el albiazul Abde Rebbach se encontró con el poste en uno de los contragolpes finales antes del pitido final, con el estadio reclamando el cierre del choque.
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