(Daca, 20 de julio de 2024 – EFE / MundoUR).- Más de cien personas han muerto en las protestas estudiantiles de Bangladesh desde que estalló la violencia el pasado lunes, informaron este sábado fuentes de varios centros hospitalarios del país, mientras rige un fuerte despliegue de seguridad bajo el toque de queda impuesto por el Gobierno.
Los datos de los principales hospitales de la capital Bangladesí indica que ayer fue el día más violento de las protestas cuando se registraron 59 personas fallecidas, muchos de ellos estudiantes, según un balance elaborado por EFE.
Un oficial a cargo de la oficina policial del Hospital Universitario de Daca, indicó a EFE además que entre los muertos se encontraba un fotógrafo de un diario local, lo que haría de este el segundo periodista muerto en la cobertura de las manifestaciones.
El portavoz de la policía metropolitana de Daca, Faruk Hossain, confirmó por su parte que al menos un oficial de policía y un efectivo paramilitar se encuentran entre los muertos.
De acuerdo con el mismo balance, otras 41 personas perdieron la vida el jueves, una el pasado miércoles, y seis personas el martes.
Las autoridades no han ofrecido un balance de víctimas hasta ahora.
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El país está desde la medianoche bajo un régimen de toque de queda y el Gobierno ordenó el despliegue del Ejército para ayudar a controlar la situación.
Bangladesh amaneció además incomunicado, después de que los servicios de comunicación fija y de Internet fueran suspendidos a las 21:00 del jueves (15:00 GMT), sin que hayan sido restablecidos por el momento.
Las protestas de estudiantes comenzaron de forma pacífica el pasado 1 de julio para exigir reformas a las cuotas al empleo público, que los manifestantes dicen que perjudican su entrada al mercado laboral.
Sin embargo, se tornaron violentas el lunes después de que la primera ministra, Sheikh Hasina, rechazase sus exigencias, y sus movilizaciones comenzasen a ser duramente reprimidas por la policía, desatando una espiral de violencia.
Estas son las mayores manifestaciones a las que se enfrenta Hasina desde que asumió el cargo por cuarta vez consecutiva en enero, en unas elecciones boicoteadas por la oposición.