RÍO DE JANEIRO.- La Archidiócesis de Río de Janeiro decidió mantener sus iglesias cerradas como medida preventiva frente al avance del coronavirus en Brasil, pese a que el alcalde de esta ciudad, el pastor evangélico Marcelo Crivella, las autorizó a funcionar.
La Archidiócesis de la Iglesia católica en la ciudad más emblemática de Brasil alegó que se preocupa con la salud de los fieles y que sólo autorizará la reapertura de los templos tras el «control efectivo» de la pandemia.
«La Archidiócesis está atenta al desarrollo de la pandemia y, por eso, la apertura de las parroquias y capillas tan sólo ocurrirá cuando se garantice un control efectivo de la enfermedad», según un comunicado enviado a las iglesias este miércoles.
La decisión fue anunciada tras una reunión del arzobispo de Río de Janeiro, Joao Orani Tempesta, con sus siete obispos auxiliares y con sus principales colaboradores para analizar la decisión anunciada el lunes por la Alcaldía.
«Nos preocupamos con la vida humana y espiritual. Queremos el bien de las personas y, por eso, queremos que tengan salud», afirmó Tempesta en un mensaje a los fieles.
En la reunión igualmente fue discutido un protocolo con medidas de seguridad sanitaria, como distancia entre los fieles, uso de tapabocas y restricciones a saludos y abrazos, que será puesto en marcha cuando finalmente se autorice reabrir las iglesias.
EFE / Unión Radio