BERLÍN.- El Gobierno alemán exigió hoy respeto hacia la Policía y condenó todo intento de desacreditarla, en medio del clima generado por las protestas antirracistas de Estados Unidos y tras los disturbios del pasado sábado en Stuttgart, donde 19 agentes resultaron heridos.
El cuerpo policial «merece todo nuestro respeto», en un momento en que la sociedad vive «momentos muy complejos» por las restricciones derivadas de la pandemia y en los que a las fuerzas de seguridad les ha correspondido «asumir funciones desacostumbradas», declaró el ministro de Interior, Horst Seehofer.
En esa situación, se están observando un «creciente incivismo y hostilidad» hacia la policía desde ciertos sectores de la sociedad, prosiguió el ministro, quien condenó «todo intento por desacreditarla».
La reacción del titular de Interior sigue a los violentos enfrentamientos del pasado sábado en Stuttgart, en los que varios centenares de personas, jóvenes en su mayoría, saquearon comercios y lanzaron todo tipo de objetos contra las fuerzas de seguridad.
Los hechos ocurrieron tras una serie de controles por venta de droga y al detectarse varias fiestas espontáneas en el centro de la capital del «Land» de Baden Wurttemberg (sur de Alemania).
Hubo más de veinte detenidos, la mitad de ellos extranjeros de «diversas nacionalidades», informó el titular de Interior del «Land», Thomas Strobl. Por el momento se han descartado móviles políticos en los disturbios y se considera que en parte los violentos actuaron impulsados por el «odio ciego a la autoridad».
Lo ocurrido en Stuttgart ha desatado las críticas de todo el espectro político, especialmente en ese «Land», donde gobierna una coalición liderada por los Verdes con los conservadores como socios. Tanto el alcalde de la ciudad, el verde Fritz Kühn, como el líder del gobierno regional, su correligionario Winfried Kretschmann, han condenado los disturbios.
Stuttgard había sido escenario en las semanas pasadas de manifestaciones multitudinarias, todas ellas pacíficas, contra las medidas impuestas contra el coronavirus. Con el levantamiento gradual de las restricciones se han generado fiestas más o menos improvisadas en las principales ciudades alemanas, algunas de ellas con miles de personas y entre amagos de descontrol.
LAS CRÍTICAS A LA POLICÍA DE UNA COLUMNISTA
A este clima enrarecido se ha sumado la controversia desatada por una posible demanda del ministro Seehofer contra la autora de una columna satírica contra la policía publicada en el diario izquierdista «Tageszeitung» -«Taz»-.
El propio ministro aclaró hoy que aún no ha concretado qué acciones adoptará, ya que debe «valorar cuidadosamente el equilibrio entre la libertad de prensa y el respeto a la policía». Sin embargo, expresó su rechazo a esos contenidos y advirtió de la peligrosidad de éstos: «De las palabras se pasa fácilmente a los hechos», dijo, en alusión a las agresiones físicas sufridas por la Policía.
En el texto, publicado hace una semana, la columnista Hengameh Yaghoobifarah especulaba sobre cuál sería el destino de los agentes de policía si se decidiese abolir las fuerzas de seguridad en el contexto de las protestas contra la violencia policial y concluía que deberían ir a parar a un vertedero.
La columna desató de inmediato un aluvión de críticas y el Sindicato Alemán de Policía denunció al diario por «incitación al odio». Desde sectores izquierdistas se lamentó que la polémica haya conducido a amenazas contra la autora.
De acuerdo con un texto aclaratorio de la redactora jefe de «Tageszeitung», publicado el pasado viernes, ningún miembro de la redacción se refiere con seriedad a la policía como «basura» y la sátira «escoge a veces las palabras equivocadas».
EFE
Berlín exige respeto hacia la Policía tras disturbios de Stuttgart
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