(Sídney (Australia), 18 diciembre, 2020).- El ciclón Yasa, uno de los más fuertes en golpear Fiyi en las últimas décadas, ha dejado un rastro de destrucción a su paso por la segunda isla más habitada de esta nación del Pacífico, mientras las autoridades estiman en «cientos de millones» los daños provocados por el desastre natural.

Casas destruidas, techos arrancados, escuelas dañadas, postes eléctricos derribados, árboles caídos y carreteras inundadas, forman parte del panorama desolador captado en un vuelo en helicóptero de la cadena local FBC en la isla Vanua Levu, habitada por unas 136.000 personas.

Este ciclón golpeó el jueves por la noche esta isla cuando estaba en la categoría 5 de intensidad -la máxima- con vientos de hasta 345 kilómetros con dirección suroeste.

Yasa, rebajado este viernes a categoría 3, ha provocado al menos dos muertes, entre ellos un bebé de tres años, aunque el primer ministro del país, Frank Bainimarama, advirtió este viernes, en un vídeo publicado en su cuenta de Facebook, que esperan que la cifra de víctimas mortales aumente.

Bainimarama también advirtió de que si bien de momento se desconoce la magnitud del golpe por el paso del Yasa a la economía fiyiana, donde el impacto de la pandemia de la covid-19 en el turismo se traducirá este año en una contracción del 16 por ciento del PIB, que «probablemente sea de cientos de millones de dólares».

DAÑOS EXTENDIDOS

En medio del estado de emergencia, declarado el jueves por 30 días, y un toque de queda nocturno, las autoridades luchan contra el reloj para intentar salvar vidas y hacer un balance de los daños dejados por Yasa, que mantiene vientos de hasta 195 kilómetros por hora y saldrá el sábado del territorio fiyiano.

Asimismo, los servicios de emergencia fiyianos intentan despejar el más de centenar de carreteras afectadas por el ciclón y restaurar los servicios e infraestructuras críticas como las comunicaciones y la electricidad, especialmente en Vanua Levu.

A pesar de que el ciclón no pasó directamente sobre Suva, en la isla principal Viti Levu, la capital fiyiana y ciudad más poblada ha sufrido cortes de agua y luz en muchos barrios.

OFERTAS DE AYUDA

La catástrofe en Fiyi, de unos 880.000 habitantes, ha motivado ofertas de ayuda por parte del primer ministro australiano, Scott Morrison, así como de las agencias internacionales como Unicef, que ya se encuentra en el terreno, entre otras.

La directora de la filial neozelandesa de la ong Save the Children, Jacqui Southey, dijo a Radio New Zealand que trabajará con las autoridades fiyianas para asegurarse el bienestar y la salud de los menores.

«Este tipo de desastres afecta a su cadena alimenticia, los cultivos son arrancados, inundados, dañados o destruidos con la escasez de agua potable», precisó.

TEMPORADA DE CICLONES

Si bien el Yasa es parte de la temporada habitual (noviembre a abril) de ciclones en esta región, el incremento de la intensidad registrado en los últimos ciclones ha sido atribuido por líderes como Bainimarama al cambio climático.

«Aquí en Fiyi, el cambio climático no es una broma», dijo el año pasado Bainimarama, un exmilitar golpista que en los últimos años se ha convertido en adalid de la lucha por controlar las emisiones contaminantes.

Hace cuatro años, el poderoso ciclón Winston, considerado el más devastador que ha ocurrido en el hemisferio sur desde que existen registro, dejó enormes destrozos materiales y 40 muertos.

Fiyi como otras naciones del Pacífico es vulnerables al cambio climático por la subida del nivel del mar, que contamina los acuíferos potables y arruina los cultivos, así como la creciente inestabilidad meteorológica.

EFE