El librero Ignacio Alvarado fundó una institución privada, sin fines de lucro, cuyo objetivo es rescatar, conservar, estudiar y exhibir la riqueza bibliográfica venezolana

Con más de veinte años de experiencia en el cultivo de bibliografías, inspirado por el valor de libros antiguos y la memoria, este ingeniero eléctrico con postgrados en economía y administración es también un apasionado de la ciencia también es pionero del e-commerce de libros de papel.

«Se lo puedo demostrar a cualquiera, aquí hay valores desde que comenzamos a ser nación».

¿Cuál fue la motivación para crear un museo del libro venezolano?

Comencé con una librería llamada Libroria. Tengo un gusanito que me ha picado desde hace años viendo la cantidad de libros valiosos de los que nadie sabe nada, porque pregunto entre los clientes y porque busco esos libros en bibliotecas y no los encuentro, eso me sorprende. Por otra parte, viajando por el mundo veo que hay museos de todo, hay museos de carros, motos, vestidos… de cualquier objeto pero hay muy pocos sobre libros.

¿Qué pasa cuando una sociedad comienza a desconocer su historia bibliográfica?

Lo que nos está pasando a muchos venezolanos. Estamos deprimidos con lo que tenemos de país, pensamos que no valemos nada, que Venezuela es un fracaso total, pero resulta que a lo largo de la historia han existido venezolanos maravillosos: escritores, científicos, artistas, literatos, todo tipo de personas que han hecho maravillas de libros. Se lo puedo demostrar a cualquiera, aquí hay valores desde que comenzamos a ser nación. El museo será un instrumento para levantarnos el ánimo.

¿Cuáles son las maravillas que has logrado preservar hasta ahora?

Existen investigadores que han hecho ciencia en Venezuela en el siglo XIX. Vicente Marcano, por ejemplo, porque él hizo ciencia en forma privada, cuando no existían las instituciones para hacer ciencia. Como él he encontrado muchos venezolanos. Yo quisiera que los visitantes del museo, ya sea de forma física o virtual, regresaran a casa con un nuevo nombre en la cabeza, un título de un libro notable y que averiguaran luego y supieran que esa persona vivió en Venezuela o es venezolano, y que imprimió y tuvo libro que se leyó y se conoció en otra época.

«La idea del museo es educar». Foto: Archivo de Libroria

A lo largo de períodos y repúblicas nos han hablado de muchas «venezuelas» ¿Cuál es la que más se parece a lo afirmativo del gentilicio?

A mi ese concepto no me gusta. Prefiero pensar en los ciudadanos universales, quiero pensar que el venezolano es un ciudadano del mundo, inquieto, que quiere cultivarse y que es suficientemente inteligente para destacarse en cualquier área que decida escoger. Yo lo que quiero es que del museo salgamos con la idea de que siempre hemos estado a la vanguardia, sobre todo en un mundo globalizado, sin «achicopalamientos», ni vergüenzas. No somos menos, cuando queremos demostrar que valemos, lo demostramos.

Alvarado lanzó una campaña de recaudación de fondos para pagar el alquiler del espacio, el sueldo de los ayudantes y garantizar la viabilidad financiera del proyecto: https://www.gofundme.com/f/museo-del-libro-venezolano


Jonathan Reverón