(Caracas, 12 de mayo, 2021).- El filólogo residente y miembro de la Academia de la Lengua, Mariano Nava, en su artículo El fin de la comedia, publicado en Prodavinci, marcó la sepultura de la comedia política, por susceptibilidades heridas a lo largo de la historia.
Reseñó que «es bueno tener en cuenta que la comedia nace como un culto a Dionisio», una especie de enajenación en la que el comediante se convierte en un transmisor de la actuación y el espectador lo sigue.
En torno al papel que juega la comedia frente a la política, Nava explicó que ahora se muestra sensibilidad por parte de los políticos porque «el poder tiene que estar revestido de un cierto respeto. Cuando nadie respeta el poder, deja de ser poderoso».
Asimismo, refirió que «la comedia tenía la libertad de decir cualquier cosa», con el derecho de la parresía que permitía hablar a los actores y comediógrafos de cualquier tema.
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«El humor y las risas que se cree intocable e inamovible, es todo lo contrario, tremendamente subjetivo y depende muchas circunstancias», dijo. Además, refirió que «algo que puede ser cómico ahora, tal vez antes no lo era».
Destacó que la comedia como «entretenimiento libre y puro», suele ser evasivo ante el contexto social, porque el público lo busca así, o puede entrar en una zona de protesta, mostrando la realidad y denunciando los acontecimientos sociales, como Charles Chaplin, o El Chavo.