(Tokio, 1° de febrero de 2024 – EFE / MundoUR).- Los escaladores que suban al Monte Fuji a través de su ruta más habitual deberán pagar 2.000 yenes (unos 12 euros) a partir de este verano con el fin de aliviar la congestión de la que supone la montaña más emblemática de Japón.
La medida fue comunicada este jueves por parte de fuentes de las autoridades locales a la agencia de noticias Kyodo, con el objetivo de reducir el sobreturismo en esta montaña y también prácticas inseguras como la «escalada bala», donde se alcanza la cima sin hacer parada durante la noche.
Las tarifas se cobrarán en una puerta que se instalará en la quinta estación del sendero Yoshida, el más utilizado por los escaladores, en el lado de la montaña de la prefectura de Yamanashi, y al que se puede acceder en autobuses y taxis.
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Los ingresos de esta tasa se utilizarán para tomar medidas para prevenir la escalada insegura y construir un refugio en caso de que la montaña entre en erupción, una cifra independiente al donativo de 1.000 yenes (unos 6 euros) que hacen algunos escaladores voluntariamente para apoyar la limpieza y el mantenimiento de la montaña.
El volcán más conocido del archipiélago, que culmina a 3.776 metros, está abierto a senderistas de julio a septiembre, lo que atrae a cientos de miles de visitantes. Muchos recorren sus laderas por la noche para contemplar el amanecer desde la cima.
Considerado un tema recurrente en el arte e iconografía niponas, el Monte Fuji viene sufriendo en años recientes un importante aumento en la afluencia de turistas y escaladores, lo que ha traído también un incremento en el tráfico en sus inmediaciones, además de basura y problemas de suministro.
Durante la época de escalada, se estima que unas 4.000 personas suben al Fuji cada día, según las cámaras infrarrojas, lo que también pone en riesgo a los escaladores ante las importantes colas y la búsqueda de rutas alternativas menos seguras.