(Puerto la Cruz, 7 de febrero de 2024. Redacción: Saray Portillo).- El uso prolongado de dispositivos, como las pantallas de computadoras y teléfonos inteligentes, podría tener consecuencias a largo plazo para la salud mental, según el estudio Demencia Digital en la generación de Internet, publicado en la revista Journal of Integrative Neuroscience.
Ante esto, la Licda. Lousiana Rodríguez, presidente del Colegio de Psicólogos del estado Anzoátegui, indicó que si bien los dispositivos inteligentes han fungido como una herramienta de conexión, desde la llegada de la pandemia, precisó que también están muy ligados a diversos estados emocionales de ansiedad, depresión, aislamiento, cuestionamientos, entre otros.
En entrevista con los periodistas Jesús Salazar y María Fernanda Bolívar, para el programa Panorama Informativo, alertó que el uso excesivo de pantallas podría generar afectaciones a la personalidad, cambios sobre el concepto de sí mismos y del entorno, idealización negativa y baja autoestima.
“Se genera lo que se conoce como un puente entre lo que deseo, y aquello a lo que al mismo tiempo me opongo, al producirse cierta dependencia y el temor de perderse de algo en redes”, señaló.
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En el estudio refieren que algunos casos de demencia podrían aparecer prematuramente debido al exceso de usar dispositivos en edades tempranas. Además, también señalan que puede causar problemas físicos como fatiga visual, dolor de cuello y espalda, y aumento de peso.
La presidente del Colegio de Psicólogos de Anzoátegui resaltó que padres y representantes, como responsables de menores, deben ser el ejemplo.
Destacó que para los adultos, el manejo de teléfonos inteligente es una actividad placentera con la red social. Mientras que los niños, en su mayoría, tienden a construir su mundo imaginario detrás de las pantallas.
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“Al estar todos inmersos en esto, debemos estar conscientes de que en Internet y redes sociales pasan muchas cosas en tan solo segundos. Hay demasiada información, casi que sin límites”, dijo.
Agregó que este tipo de actividades compulsivas, sin regulación de tiempo de uso, podría conducir a una mayor dependencia por parte de los usuarios, crisis de ansiedad, adicción a las pantallas, problemas en las relaciones personales, dificultades de atención y trastorno del sueño, mayormente en niños.
