(Caracas, 24 de agosto de 2024 – MundoUR).- El monseñor Raúl Biord, quien tomó posesión de la Arquidiócesis de Caracas este sábado, pidió al beato José Gregorio Hernández para que los venezolanos puedan sentirse y tratarse como hermanos en «esta hora difícil y resentimientos», así como también para que podamos buscar sinceramente dentro de cada uno de nosotros el bien para el pueblo y la misma Venezuela.
Monseñor Biord, en la homilía celebrada en la Catedral de Caracas y en presencia de varios altos funcionarios del Gobierno, agradeció la labor ejercida por el cardenal emérito Baltazar Porras durante seis años de gestión por ser el «motor de muchas iniciativas» en favor de la Iglesia y los venezolanos, entre las que está el impulsar la causa de canonización de José Gregorio Hernández.
Recalcó que la ciudad de Caracas no es fácil y tampoco el manejo de la Arquidiócesis, refiriéndose a que ha compartido la historia de Venezuela «no como espectador indiferente, sino como madre fiel y solícita. En ocasiones vejada y perseguida, pero fiel a su misión.»
Agradeció a Dios y al papa Francisco por su designación como arzobispo y resaltó que llega al cargo con humildad, consciente de sus límites y «pequeñez», pero confiando en la ayuda y la gracia de los venezolanos para llevar a buen término su labor.
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También dio gracias a todos los arzobispos que le antecedieron y hasta los que ejercieron su trabajo en la época de la Colonia, señaló en transmisión de ValeTV.
Monseñor Raúl Biord recalcó que todos los bautizados están llamados a ser testigos de la Resurrección de Cristo, enfatizando que el ser testigo y su testimonio supone una implicación en primera persona de que existe un compromiso y se convierte en garante ante los demás de la historia y de Dios, ya que con ello «se ayuda a ser luz y determinar responsabilidades».
«El testigo es una fuente de luz que ilumina la realidad y comunica la verdad. Un testimonio puede ser borrado por el paso del tiempo y la maldad de intereses mezquinos que quieren hacer prevalecer la mentira (…) Puede ser que algunos vendan su conciencia y por intereses personales y levanten falso testimonio. Quien niega la verdad no solo comete un pecado contra el octavo mandamiento, sino que se convierte enm traidor a sí mismo, ante Dios, la justicia, la verdad y la patria», dijo.
Explicó entonces el caso de San Bartolomé, quien al principio dudaba del Nazareno y de Nazareth, su tierra natal, y que «era tan insignificante que no fue nombrada en el Antiguo Testamento». Sin embargo, cuando lo vio en acción, lo reconoció como Maestro y estuvo con Él.
«El hombre más grande de la historia es el Nazareno. Sabe reconocer a los humildes y de la pobreza hace cosas grandes. Vencer la desesperanza y por eso afirmo que de Nazareth y Venezuela pueden salir cosas nuevas, personas maravillosas, historias que cambian la vida y la llenan de sentido», aseveró monseñor Raúl Biord.
Dijo entonces encomendarse al Nazareno de San Pablo en su labor y para que libre al país de «las pestes», que les pueda ayudar a él y a todos a ser «cirineos» para cargar las cruces de los pobres y «verónicas» para limpiar sus rostros.
