(Caracas, 18 de junio de 2025. Lismar Rebolledo/MundoUR).- Nancy Hernández, miembro del Consejo Directivo de la Federación Nacional de Sociedades de Padres y Representantes (FENASOPADRES), ofreció un panorama detallado sobre las dificultades que enfrentan las familias venezolanas para preparar el próximo año escolar, destacando la compleja situación económica y educativa que atraviesa el país. Datos recientes indican que apenas un 12% de los alumnos en los estados del país están inscritos en colegios privados, lo que evidencia la dependencia masiva de la educación pública.
En entrevista concedida a Román Lozinski para el circuito Éxitos de Unión Radio, según Hernández, “la situación de hace unos años para acá ha sido un verdadero desafío para la familia venezolana en cómo hacemos para rendir los ingresos cada vez más mermados en la inversión de la educación”. Esta realidad afecta no solo a quienes envían a sus hijos a colegios privados, sino también a la gran mayoría de estudiantes que asisten a planteles públicos, los cuales representan más del 85% de la matrícula escolar en Venezuela.
Para los padres cuyos hijos estudian en colegios privados, los desafíos son múltiples. “El primer reto es conseguir cupos; el segundo, garantizar la matrícula y mensualidades, las cuales ahora se deben planificar por trimestres debido a las constantes modificaciones en el contexto económico del país”, explicó Hernández. Además, resaltó la importancia de que los estudiantes lleguen bien equipados al plantel con todos los insumos necesarios y que se garantice una educación integral.
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La dirigente de FENASOPADRES también destacó un cambio significativo en la percepción de la educación privada: “Hasta hace una década y media, el plantel privado era una opción voluntaria de la familia. Hoy día, la educación en planteles oficiales no es una opción, sino la única alternativa para la mayoría, ya que sus familias no tienen capacidad para pagar mensualidades en colegios privados”.
El deterioro de la calidad educativa en Venezuela es un problema histórico que se ha agravado en las últimas cuatro décadas. Hernández subrayó que “desde la década de los 80 se ha agudizado el deterioro de la calidad educativa, la formación docente y las opciones disponibles”. Además, criticó la política universitaria actual, donde “los ingresos a carreras educativas se desvían hacia estudiantes con bajos promedios, quienes utilizan la educación como una carrera puente, ya que no ofrece un proyecto de vida claro para el futuro profesional”.
En cuanto a la educación privada, existe incertidumbre sobre cuántos planteles podrán continuar funcionando el próximo año escolar debido a la crisis económica y social.
Finalmente, Nancy Hernández hizo un llamado a la reflexión sobre la inversión en educación: “Primero debemos entender que la educación es un proyecto de inversión. Lo segundo es que en Venezuela no hay educación con fines de lucro, y que la educación privada se convierta en una opción, pero que se le preste mucha más atención a los planteles oficiales, como era en el pasado, para que podamos tener una educación de calidad. Venezuela no es una isla en el sector privado, y lo que está pasando en los planteles oficiales está afectando también a los privados, porque los docentes son los mismos”.
La situación plantea un reto para las familias venezolanas que, a pesar de las dificultades, buscan garantizar el derecho a una educación para sus hijos en un país donde la crisis educativa persiste desde hace décadas.