(Guayaquil, 7 de octubre de 2025. EFE/MundoUR).- Ecuador entró este lunes en su tercera semana de protestas contra el presidente Daniel Noboa por el alza del precio del diésel, en medio de alertas por la posible toma de la capital, Quito, por parte del movimiento indígena, y con el Gobierno que busca bajar la tensión alargando el puente festivo, que ahora irá de jueves a domingo.
Los manifestantes mantienen cerradas nueve carreteras de tres de las veinticuatro provincias, la mayoría en la norteña Imbabura, que ha sido durante estos quince días el epicentro de las protestas convocadas por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), que se han saldado con un fallecido, decenas de heridos y más de un centenar de detenidos.
Sin embargo, Noboa ha reiterado que no va a negociar la medida, ya que considera que el subsidio al diésel no ha ayudado a los más pobres, sino que ha favorecido al contrabando y a la minería ilegal.
El presidente de la Conaie, Marlon Vargas, calificó esa postura como «prepotente» y le dijo al mandatario que al movimiento indígena se le iba a «acabar la paciencia».
«Cuidado. La Conaie y sus estructuras está en capacidad de tomar decisiones. Si hay que ir a radicalizar, vamos a radicalizar el paro nacional. Y si tenemos que tomarnos la ciudad de Quito, vamos a tomarnos», aseguró el líder indígena la noche del viernes.
Vargas dijo que el Gobierno tiene que recordar qué fue lo que pasó en 2019 y 2022, cuando las masivas manifestaciones lideradas por la Conaie llegaron hasta Quito, lo que llevó a los presidentes Lenín Moreno (2017-2021) y Guillermo Lasso (2021-2023) a dar marcha a atrás cuando también quisieron eliminar las subvenciones estatales a los combustibles para cumplir con las metas de ajuste fiscal de los programas crediticios firmados con el Fondo Monetario Internacional (FMI).





