Hablan los analistas: ¿Por qué una negociación ahora?

(Caracas, 20 de mayo de 2021. EFE) La oposición venezolana se prepara para iniciar próximamente un nuevo ciclo de conversaciones con el Gobierno de Nicolás Maduro. Ésto en un intento por recuperar el terreno perdido. Hay un costo, luego del fracaso de su estrategia de presión. La consecuencia obvia: una pérdida de popularidad de su liderazgo. Pero ¿por qué se da ahora ésta negociación en Venezuela?

«Un acuerdo para salvar a Venezuela necesita de todos. La mayor y mejor unión posible; el acompañamiento de la comunidad internacional; la movilización interna por nuestros derechos y atender a los más vulnerables». Son palabras de Juan Guaidó este jueves en su cuenta de Twitter.

Tras dar vueltas sobre distintas vías de presión, Guaidó anunció la semana pasada su intención de retomar la negociación en Venezuela. Esta sería con los mismos mediadores de 2019; una delegación de Noruega, y la petición de elecciones generales «libres» y «justas».

Guaidó y su grupo regresan a esta estretegia del diálogo luego que un sector minoritario de la oposición, en el que se ha visto relacionado el excandidato presidencial Henrique Capriles, se sentara a conversar con el Gobierno.

De allí, salió el nombramiento de los nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE). En esta oportunidad, la oposición consiguió mayor participación. Si bien el chavismo continúa con la mayoría, aunque la Constitución establece que deben ser independientes.

La opinión de los analistas

Varios analistas consideran que la decisión de Guaidó de volver a la negociación en Venezuela está relacionada a que su principal estrategia fracasó, y a que quiere recuperar el protagonismo en las conversaciones que, de cierto modo, han dado algún resultado.

«Guaidó se ve obligado a replantearse su estrategia porque ya ha perdido protagonismo sobre esa negociación», dijo el presidente de una de las principales firmas del país, Datanálisis, Luis Vicente León, a Efe.

Advirtió que el nombramiento del CNE no cambia el «control» que tiene el Gobierno sobre el ente, pero constituye un paso en medio de un contexto en el que se cuestionó a sus antiguos rectores.

«El Gobierno hoy se siente mucho más fuerte que en el año 2019 (…) y que en el año 2020», sostiene el director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello, Benigno Alarcón, quien considera que por ello «está dispuesto a negociar algunas cosas», pero no su salida.